La Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF) condicionó en al menos cuatro oportunidades que no se jueguen en la altura partidos de selecciones.
“Siempre hubo una opinión en contra de Bolivia de parte de Argentina, Brasil y Uruguay que ponían sus objeciones para venir y jugar en La Paz”, recordó el ex presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) Wálter Castedo.
“La Confederación siempre nos puso cierto tipo de condiciones”, dijo por su lado el ex vicepresidente de la FBF Mauricio González.
En 1995, cuando Bolivia organizó el Juventud de América Sub-20, Brasil y Argentina se opusieron a que la final sea en el estadio Siles y al final jugaron en Santa Cruz.
“La selección sólo pudo jugar sus partidos en La Paz, pero las finales fueron en el Tahuichi”, agregó González, ex dirigente de la FBF.
En la Copa América de 1997, Bolivia tuvo que efectuar una campaña impecable para sólo así jugar la final en Miraflores ante Brasil, que al final se llevó el título.
“Si otro era finalista, seguro que no era en La Paz”, insistió González la pasada semana.
Lo más reciente ocurrió en el 2003 cuando el país pidió organizar el Sudamericano Sub-17. “Brasil y Argentina, que nunca ocultaron sus deseos de vetar a La Paz, dijeron que organicen, pero no en La Paz”, rememoró Castedo.
El certamen se disputó en su integridad en Santa Cruz, Argentina fue campeón y la selección boliviana “fue la gran decepción”, según dijo la prensa deportiva el 18 de mayo de aquella temporada.
Ni siquiera se le dio la chance a Bolivia de que otras ciudades pudiesen albergar el torneo juvenil, tal cual sucedió en las últimas versiones de esta categoría.
Cochabamba y Sucre, entre otras ciudades no fueron tomadas en cuenta para el Sub-17.
El último antecedente ocurrió en el 2005 cuando Bolivia organizó el Sudamericano Sub-15. Los países aceptaron que el país lleve adelante la competición, pero no en otra ciudad que no sea Santa Cruz.
“Cuando Bolivia, que es La Paz, pedía algo, siempre nos ponían condiciones”, reiteró Castedo.
El torneo Sub-15 en su integridad se hizo en esa ciudad, Brasil se coronó campeón y la selección nacional ocupó el cuarto puesto.
“El veto siempre existió en la CSF, no es ningún secreto, pero eso nos pasa porque no tenemos nadie que vele por nosotros”, dijo Castedo. En la CSF, el único boliviano en el ejecutivo es Rómer Osuna.
En la Confefederación, la voz cantante la llevan Brasil y Argentina que fueron identificados en La Paz, Cusco, Bogotá y Quito, como los gestores del veto de la FIFA a la práctica del fútbol a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar.
El próximo jueves y viernes, los 10 miembros de la Confederación definirán si piden o no la FIFA que reconsidere su informe.
“Hay que buscar la unidad en Asunción, sólo así podríamos revertir este veto”, dijo Castedo.
Gestiones médicas, políticas y dirigenciales son los tres frentes en los que se defenderá la altura.
Perú fue condicionada por la FIFA en el Sub-17
La FIFA otorgó la sede del Mundial al país vecino a condición de que no se juegue en ciudades de altura. El campeonato no llegó a Cusco.
El 2005, Perú organizó el Mundial Sub-17, pero fue condicionada a que los partidos no se jueguen en ciudades de altura y sólo en aquellas que están sobre el nivel del mar.
La prensa deportiva peruana denunció en su oportunidad aquello que fue calificado como una discriminación de la FIFA con ciudades como Cusco, donde Cienciano se coronó campeón de la Copa Sudamericana en el 2003.
Perú fue sede del Mundial, pero desde Zurich se dispuso que el torneo se juegue en los estadios Nacional, de Lima; Mansiche, de Trujillo; Elías Aguirre, de Chiclayo; Miguel Grau, de Piura; y Max Agustín, de Iquitos, todos se encuentran a nivel del mar.
La cita no llegó a la ciudad de Arequipa, que se encuentra también en la altura. Aquel torneo es recordado también por el primer título mundial de México, pero particularmente por las lesiones que sufrieron los futbolistas en los campos con césped artificial.
Desde Zurich estigmatizan
La altitud
Ecuador llegó al Mundial gracias a la altura, así promocionó la FIFA la presencia de los tricolores en el Mundial del 2006.
Desde Zurich, la altura es estigmatizada por el ente mundial del fútbol, que ahora puso como límite los 2.500 metros sobre el nivel del mar para la práctica de este deporte.
“Existe una percepción generalizada respecto al impacto adverso que la altitud tendría sobre los equipos de fútbol que no suelen jugar a esos niveles”, analiza el ecuatoriano Fidel Jaramillo, asesor económico regional de los Países Andinos y autor de la nota “La altura no afecta resultados en el fútbol sudamericano”.
Ecuador y Bolivia en 1993 y 2005, respectivamente, dejaron fuera a Uruguay en las Eliminatorias.
En la FIFA se olvidan que Brasil, de Pelé, en 1970 y Argentina, de Maradona, en 1986, lograron el mundial en la altura de México DF.
“Siempre hubo una opinión en contra de Bolivia de parte de Argentina, Brasil y Uruguay que ponían sus objeciones para venir y jugar en La Paz”, recordó el ex presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) Wálter Castedo.
“La Confederación siempre nos puso cierto tipo de condiciones”, dijo por su lado el ex vicepresidente de la FBF Mauricio González.
En 1995, cuando Bolivia organizó el Juventud de América Sub-20, Brasil y Argentina se opusieron a que la final sea en el estadio Siles y al final jugaron en Santa Cruz.
“La selección sólo pudo jugar sus partidos en La Paz, pero las finales fueron en el Tahuichi”, agregó González, ex dirigente de la FBF.
En la Copa América de 1997, Bolivia tuvo que efectuar una campaña impecable para sólo así jugar la final en Miraflores ante Brasil, que al final se llevó el título.
“Si otro era finalista, seguro que no era en La Paz”, insistió González la pasada semana.
Lo más reciente ocurrió en el 2003 cuando el país pidió organizar el Sudamericano Sub-17. “Brasil y Argentina, que nunca ocultaron sus deseos de vetar a La Paz, dijeron que organicen, pero no en La Paz”, rememoró Castedo.
El certamen se disputó en su integridad en Santa Cruz, Argentina fue campeón y la selección boliviana “fue la gran decepción”, según dijo la prensa deportiva el 18 de mayo de aquella temporada.
Ni siquiera se le dio la chance a Bolivia de que otras ciudades pudiesen albergar el torneo juvenil, tal cual sucedió en las últimas versiones de esta categoría.
Cochabamba y Sucre, entre otras ciudades no fueron tomadas en cuenta para el Sub-17.
El último antecedente ocurrió en el 2005 cuando Bolivia organizó el Sudamericano Sub-15. Los países aceptaron que el país lleve adelante la competición, pero no en otra ciudad que no sea Santa Cruz.
“Cuando Bolivia, que es La Paz, pedía algo, siempre nos ponían condiciones”, reiteró Castedo.
El torneo Sub-15 en su integridad se hizo en esa ciudad, Brasil se coronó campeón y la selección nacional ocupó el cuarto puesto.
“El veto siempre existió en la CSF, no es ningún secreto, pero eso nos pasa porque no tenemos nadie que vele por nosotros”, dijo Castedo. En la CSF, el único boliviano en el ejecutivo es Rómer Osuna.
En la Confefederación, la voz cantante la llevan Brasil y Argentina que fueron identificados en La Paz, Cusco, Bogotá y Quito, como los gestores del veto de la FIFA a la práctica del fútbol a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar.
El próximo jueves y viernes, los 10 miembros de la Confederación definirán si piden o no la FIFA que reconsidere su informe.
“Hay que buscar la unidad en Asunción, sólo así podríamos revertir este veto”, dijo Castedo.
Gestiones médicas, políticas y dirigenciales son los tres frentes en los que se defenderá la altura.
Perú fue condicionada por la FIFA en el Sub-17
La FIFA otorgó la sede del Mundial al país vecino a condición de que no se juegue en ciudades de altura. El campeonato no llegó a Cusco.
El 2005, Perú organizó el Mundial Sub-17, pero fue condicionada a que los partidos no se jueguen en ciudades de altura y sólo en aquellas que están sobre el nivel del mar.
La prensa deportiva peruana denunció en su oportunidad aquello que fue calificado como una discriminación de la FIFA con ciudades como Cusco, donde Cienciano se coronó campeón de la Copa Sudamericana en el 2003.
Perú fue sede del Mundial, pero desde Zurich se dispuso que el torneo se juegue en los estadios Nacional, de Lima; Mansiche, de Trujillo; Elías Aguirre, de Chiclayo; Miguel Grau, de Piura; y Max Agustín, de Iquitos, todos se encuentran a nivel del mar.
La cita no llegó a la ciudad de Arequipa, que se encuentra también en la altura. Aquel torneo es recordado también por el primer título mundial de México, pero particularmente por las lesiones que sufrieron los futbolistas en los campos con césped artificial.
Desde Zurich estigmatizan
La altitud
Ecuador llegó al Mundial gracias a la altura, así promocionó la FIFA la presencia de los tricolores en el Mundial del 2006.
Desde Zurich, la altura es estigmatizada por el ente mundial del fútbol, que ahora puso como límite los 2.500 metros sobre el nivel del mar para la práctica de este deporte.
“Existe una percepción generalizada respecto al impacto adverso que la altitud tendría sobre los equipos de fútbol que no suelen jugar a esos niveles”, analiza el ecuatoriano Fidel Jaramillo, asesor económico regional de los Países Andinos y autor de la nota “La altura no afecta resultados en el fútbol sudamericano”.
Ecuador y Bolivia en 1993 y 2005, respectivamente, dejaron fuera a Uruguay en las Eliminatorias.
En la FIFA se olvidan que Brasil, de Pelé, en 1970 y Argentina, de Maradona, en 1986, lograron el mundial en la altura de México DF.
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