Una vez más, Julio Grondona señaló que hubo un compromiso dirigencial para construir un nuevo estadio en La Paz. ¿Por qué se sigue manejando este tema?
Hay que analizarlo en dos dimensiones. En la perspectiva de Grondona es una forma de justificar su ambigüedad pública y su actitud favorable al veto a la altura privada. No me cabe la menor duda de que Brasil y Argentina son los grandes promotores del veto de la FIFA a la altitud, porque tenemos que tener en cuenta los bolivianos que el único continente del mundo en el que se juega en altitudes superiores a los dos mil metros es Latinoamérica, por lo que ni en Asia, ni en Oceanía, África o Europa les interesa absolutamente este tema y es en ese contexto que la decisión de la FIFA está condicionada a la de la Conmebol y la presión de sus superpotencias, que son Brasil y Argentina.
Como el señor Grondona no tiene ningún argumento ni técnico, ni médico, ni estadístico, ni de ninguna naturaleza, se aferra a una mentira para sustentar esa decisión teóricamente tomada el 96, que, según Grondona, el señor Saavedra Banzer se había comprometido a construir un estadio por debajo de los tres mil metros a cambio de jugar las eliminatorias. Por supuesto que ni el señor Grondona ni la Conmebol tienen ningún documento de compromiso del presidente Saavedra Banzer de esa supuesta construcción.
No sólo se involucra a José Saavedra...
El señor Saavedra me comentó que nunca hizo tal compromiso y como boliviano yo le creo al señor Saavedra Banzer y no al señor Grondona. Que las autoridades bolivianas le crean al señor Grondona y acusen al señor Saavedra Banzer y a mí en particular, como si yo hubiese tenido un cargo en la Federación en ese momento y como si hubiese sido el único miembro de la Comisión de Defensa de la Altura, demuestra que hay dos elementos, que el Gobierno abre el paraguas, que si el tema del veto prospera, el Gobierno dirá que la culpa la tiene Saavedra Banzer y Carlos Mesa, me parece obvio y lamentable y, segundo, hay una intención política, porque esa comisión estaba integrada por Guido Meruvia, Guido Loayza, Guido Áñez, Romer Osuna, Toto Arévalo y Carlos Mesa como periodista. Esa comisión jamás ni siquiera discutió esa posibilidad y desmiento categóricamente que hubiese un compromiso verbal. Quiero pedirle al Gobierno que termine con esa campaña de desprestigio mal intencionada.
Se supone que ésta debe ser una causa sin colores políticos...
Aquí hay un elemento que me tiene doblemente preocupado; no sólo el Presidente de la República ha mencionado mi nombre, sino que el ministro Quintana me ha vetado de manera expresa y le ha dicho a la Federación Boliviana de Fútbol que el Gobierno de Bolivia no acepta que Carlos Mesa forme parte de ninguna comisión, ni equipo de asesoramiento a la Federación Boliviana de Fútbol.
Pero su aporte, en estas circunstancias, puede ser valioso...
Lo que tengo es una información de carácter estadístico, técnico y he tenido la posibilidad de compartir con el Instituto Boliviano de Biología de la Altura elementos que me permiten contribuir desinteresadamente y sin afán de figuración a la causa boliviana. Lamento que el Gobierno Nacional y el Presidente hablen de que “todos juntos tenemos que defender la altura” y cuando alguien que tiene cierta experiencia en el tema ha sido invitado —porque fui invitado por la Federación—, es vetado. Lamento profundamente esa mezquindad del Gobierno Nacional.
En un futuro inmediato, ¿qué se debe hacer?
Tomando la idea de Guido Loayza, tenemos que hacer un gran libro blanco de defensa de la altura que analice todos los aspectos, desde el tema médico, futbolístico, estadístico y técnico, pero también económico, turístico y político, porque la imagen de La Paz, Oruro y Potosí queda dañada, pues si una persona mayor quiere venir a pasar una vacación y conocer el lago Titicaca o el Salar de Uyuni, dirá que si un deportista de 22 ó 23 años no puede jugar allí, “yo no voy a ir a esa ciudad”, y se genera inseguridad y un daño serio contra estas ciudades de altitud.
La Conmebol ha determinado que una comisión médica de sus 10 miembros haga las investigaciones del caso...
El Instituto Boliviano de Biología de la Altura es el más importante en el mundo en el tema, entonces qué más argumentos que esos documentos presentados, con ellos se podría hacer una homologación que Instituciones Internacionales (Organización Panamericana o Mundial de la Salud) trabajen y señalen que son trabajos serios y consistentes.
¿Qué más se puede hacer?
Que el Presidente trabaje con sus colegas logrando documentos y cartas formales, y que converse con Nelson Mandela, quien es la figura emblemática de la universalidad en Sudáfrica, que es la próxima sede del Mundial, y que Mandela, a pedido del Presidente, respalde públicamente como lo hizo en su momento el presidente Chirac, cuando Francia era sede de la Copa del Mundo.
¿Cómo se podrá poner un punto final a este problema?
Lo ideal sería conseguir una carta firmada por todos los presidentes de la Conmebol que formalmente le piden a la FIFA cerrar definitivamente el tema. Aunque en Santiago han dicho que son solidarios con Bolivia, será la FIFA la que tome una decisión. Entonces mi sugerencia es que Bolivia proponga un seminario internacional promovido por la Conmebol, que sea en Bolivia o en cualquier lugar, donde Bolivia, Perú y Ecuador, liderados por el Instituto Boliviano de Biología de la Altura, puedan hacer una demostración médica que se puede complementar con una exposición estadística e histórica de que no hay argumento alguno que pueda sustentar la línea antialtura.
El cierre de ese seminario debiera ser un informe final que diga que se homologue la demostración de que no hay ninguna razón para no jugar en la altura y que ese argumento sirva a la Conmebol para firmar un documento que le diga a la FIFA que ese seminario ha demostrado que no hay ninguna posibilidad de vetar a La Paz.
Hay que analizarlo en dos dimensiones. En la perspectiva de Grondona es una forma de justificar su ambigüedad pública y su actitud favorable al veto a la altura privada. No me cabe la menor duda de que Brasil y Argentina son los grandes promotores del veto de la FIFA a la altitud, porque tenemos que tener en cuenta los bolivianos que el único continente del mundo en el que se juega en altitudes superiores a los dos mil metros es Latinoamérica, por lo que ni en Asia, ni en Oceanía, África o Europa les interesa absolutamente este tema y es en ese contexto que la decisión de la FIFA está condicionada a la de la Conmebol y la presión de sus superpotencias, que son Brasil y Argentina.
Como el señor Grondona no tiene ningún argumento ni técnico, ni médico, ni estadístico, ni de ninguna naturaleza, se aferra a una mentira para sustentar esa decisión teóricamente tomada el 96, que, según Grondona, el señor Saavedra Banzer se había comprometido a construir un estadio por debajo de los tres mil metros a cambio de jugar las eliminatorias. Por supuesto que ni el señor Grondona ni la Conmebol tienen ningún documento de compromiso del presidente Saavedra Banzer de esa supuesta construcción.
No sólo se involucra a José Saavedra...
El señor Saavedra me comentó que nunca hizo tal compromiso y como boliviano yo le creo al señor Saavedra Banzer y no al señor Grondona. Que las autoridades bolivianas le crean al señor Grondona y acusen al señor Saavedra Banzer y a mí en particular, como si yo hubiese tenido un cargo en la Federación en ese momento y como si hubiese sido el único miembro de la Comisión de Defensa de la Altura, demuestra que hay dos elementos, que el Gobierno abre el paraguas, que si el tema del veto prospera, el Gobierno dirá que la culpa la tiene Saavedra Banzer y Carlos Mesa, me parece obvio y lamentable y, segundo, hay una intención política, porque esa comisión estaba integrada por Guido Meruvia, Guido Loayza, Guido Áñez, Romer Osuna, Toto Arévalo y Carlos Mesa como periodista. Esa comisión jamás ni siquiera discutió esa posibilidad y desmiento categóricamente que hubiese un compromiso verbal. Quiero pedirle al Gobierno que termine con esa campaña de desprestigio mal intencionada.
Se supone que ésta debe ser una causa sin colores políticos...
Aquí hay un elemento que me tiene doblemente preocupado; no sólo el Presidente de la República ha mencionado mi nombre, sino que el ministro Quintana me ha vetado de manera expresa y le ha dicho a la Federación Boliviana de Fútbol que el Gobierno de Bolivia no acepta que Carlos Mesa forme parte de ninguna comisión, ni equipo de asesoramiento a la Federación Boliviana de Fútbol.
Pero su aporte, en estas circunstancias, puede ser valioso...
Lo que tengo es una información de carácter estadístico, técnico y he tenido la posibilidad de compartir con el Instituto Boliviano de Biología de la Altura elementos que me permiten contribuir desinteresadamente y sin afán de figuración a la causa boliviana. Lamento que el Gobierno Nacional y el Presidente hablen de que “todos juntos tenemos que defender la altura” y cuando alguien que tiene cierta experiencia en el tema ha sido invitado —porque fui invitado por la Federación—, es vetado. Lamento profundamente esa mezquindad del Gobierno Nacional.
En un futuro inmediato, ¿qué se debe hacer?
Tomando la idea de Guido Loayza, tenemos que hacer un gran libro blanco de defensa de la altura que analice todos los aspectos, desde el tema médico, futbolístico, estadístico y técnico, pero también económico, turístico y político, porque la imagen de La Paz, Oruro y Potosí queda dañada, pues si una persona mayor quiere venir a pasar una vacación y conocer el lago Titicaca o el Salar de Uyuni, dirá que si un deportista de 22 ó 23 años no puede jugar allí, “yo no voy a ir a esa ciudad”, y se genera inseguridad y un daño serio contra estas ciudades de altitud.
La Conmebol ha determinado que una comisión médica de sus 10 miembros haga las investigaciones del caso...
El Instituto Boliviano de Biología de la Altura es el más importante en el mundo en el tema, entonces qué más argumentos que esos documentos presentados, con ellos se podría hacer una homologación que Instituciones Internacionales (Organización Panamericana o Mundial de la Salud) trabajen y señalen que son trabajos serios y consistentes.
¿Qué más se puede hacer?
Que el Presidente trabaje con sus colegas logrando documentos y cartas formales, y que converse con Nelson Mandela, quien es la figura emblemática de la universalidad en Sudáfrica, que es la próxima sede del Mundial, y que Mandela, a pedido del Presidente, respalde públicamente como lo hizo en su momento el presidente Chirac, cuando Francia era sede de la Copa del Mundo.
¿Cómo se podrá poner un punto final a este problema?
Lo ideal sería conseguir una carta firmada por todos los presidentes de la Conmebol que formalmente le piden a la FIFA cerrar definitivamente el tema. Aunque en Santiago han dicho que son solidarios con Bolivia, será la FIFA la que tome una decisión. Entonces mi sugerencia es que Bolivia proponga un seminario internacional promovido por la Conmebol, que sea en Bolivia o en cualquier lugar, donde Bolivia, Perú y Ecuador, liderados por el Instituto Boliviano de Biología de la Altura, puedan hacer una demostración médica que se puede complementar con una exposición estadística e histórica de que no hay argumento alguno que pueda sustentar la línea antialtura.
El cierre de ese seminario debiera ser un informe final que diga que se homologue la demostración de que no hay ninguna razón para no jugar en la altura y que ese argumento sirva a la Conmebol para firmar un documento que le diga a la FIFA que ese seminario ha demostrado que no hay ninguna posibilidad de vetar a La Paz.
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