Joseph Blatter fue elegido en 1998 presidente de la FIFA y dos años antes de su primera reelección visitó Sudamérica para las elecciones del 2002 en Zurich. Entre los países que conoció estuvo Bolivia, al que incluso, a cambio de su voto, le otorgó un presupuesto del Proyecto Goal para que construya su propio Centro de Alto Rendimiento (CAR), el que sigue inconcluso en Vinto.
Blatter estuvo en La Paz y en Cochabamba. En La Paz sintió la altitud de la ciudad y vio el estadio Hernando Siles. Entonces más joven –hace 10 años tenía 64– se sintió bien e incluso reivindicó la defensa boliviana de la famosa ‘altura’, la que ya tenía ‘víctimas’, el principal: Brasil (el ‘93 perdió su invicto de 40 años en eliminatorias al caer 1-2 en el Siles).
Más allá de la fuerte posición que crecía como una bola de nieve para vetar el estadio paceño, impulsada no sólo por Brasil, sino también por Argentina y Uruguay, el dirigente suizo se congració con Bolivia. No sólo declaró que la altitud no hacía daño, sino que dejó su sello en una plaqueta que estaba en el frontis del edificio central del Siles.
Allá se leía: “Yo nací entre las montañas. Mi pueblo, en Suiza, está frente a los cerros más altos de Europa. Por eso, la altura no me da miedo”. Estaba firmada por Joseph Blatter y la fecha era del 11 de febrero del 2000.
Pasaron dos años y Blatter fue reelecto en la FIFA.
El veto. Pese a que Bolivia no se volvió a clasificar a un Mundial después de Estados Unidos ’94, el 2007 resurgió el veto a La Paz. Esta vez la posición de brasileños, argentinos y uruguayos tenía el respaldo de la Comisión Médica de la FIFA.
El anunció del veto se hizo oficial y fue el propio Blatter quien lo ratificó. La disposición prohibía la práctica del fútbol arriba de los 2.750 metros sobre el nivel del mar, lo que afectaba no sólo a La Paz, sino también a Colombia, Perú y Ecuador.
Para no quedar mal, la FIFA se dio cuenta rápido y bajó el veto a 2.500. Bolivia quedó solo, huérfano.
Después, con el argumento médico, Blatter se hizo el desentendido. Echó el fardo a la Comisión Médica.
El veto creció rápido. De esta ‘iniciativa’ de la FIFA se prendieron algunos clubes para sugerir que tampoco se deberían jugar partidos de la Copa Libertadores en altitud.
Y del fútbol el veto pasó a otros deportes. La Copa del Pacífico de natación, en la que participaba Bolivia con frecuencia, negó concederle la sede a La Paz hace cuatro años (como protesta, Bolivia no participa ya en ese torneo, en el que compiten los países de la costa del Pacífico).
El veto se fortaleció y el principio de la universalidad del deporte se volvió a romper.
Gestión. Hace tres años, el presidente Evo Morales intercedió en el tema y lo hizo personalmente. Viajó a Zúrich y se entrevistó con Blatter, quien ante una presión política dijo que no se iba a vetar a La Paz en las eliminatorias mundialistas.
Pero el tema no desapareció, y Blatter no volvió a tocarlo, dándole así la espalda a Bolivia, hasta hace cuatro días. En Johannesburgo, un periodista boliviano le preguntó sobre la altura de La Paz. El dirigente dijo que los bolivianos podíamos dormir tranquilos porque el tema ya no estaba en la agenda de la FIFA.
Pero, lo que Blatter no se olvidó de subrayar es “por el momento” y esas palabras no “entierran” en forma definitiva (como quiere dejar entender el dirigente) el veto a la altitud.
El 2011 hay elecciones en la FIFA. Blatter irá a la reelección. En campaña electoral se olvida del veto. Se repite la historia del 2000.
DATOS
En altura
La Paz está a 3.600 metros de altitud. Aquí se clasificó la selección al Mundial ‘94.
Nueva decisión
Hace cuatro días, en Sudáfrica, la FIFA dijo que el veto a la altura ya no está en agenda.
Brasil cayó 1-2 el ‘93 en el Siles frente a Bolivia y perdió su invicto de 40 años en las eliminatorias.
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