“De eso no se habla: Morir en La Paz”, es el sugestivo título de un artículo que el domingo publicó el diario Clarín, en el suplemento deportivo y con la firma del periodista argentino Oscar Barnade.
En la misma, Barnade hace una minuciosa investigación en torno a la muerte de un jugador argentino de 29 años. En el mencionado artículo, Barnade escribe que Roberto Mario Bassignani tenía 29 años y jugaba en Central Córdoba y en febrero de 1959 realizó una gira con el equipo rosarino por La Paz. “Al día siguiente del segundo partido sufrió un bronconeumonía fulminante. Unas horas después falleció en una clínica de la ciudad. Su sorpresiva muerte generó muchas dudas e incluso en el ambiente del fútbol comenzó a circular que había que tener más recaudos para jugar en la altura de La Paz. Esta es la historia olvidada del jugador argentino que murió a 3.600 metros de altura”. Barnade le quiso echar la culpa a la muerte como consecuencia de los partidos que llegó a disputar en la altura, pero no lo afirmó. Sin embargo, hizo una reseña y llegó hasta la misma hemeroteca de El Diario, donde pudo encontrar la noticia del Decano de la Prensa Nacional, que confirma el deceso del futbolista argentino, pero en ningún momento escribe que esta haya sido como consecuencia de los partidos en la altura. Por eso, en parte saliente de la nota, Barnade llega a publicar la explicación de El Diario, que reza lo siguiente: “Central Córdoba jugó un partido ante el seleccionado B de Bolivia el 23 de febrero (2-8) y Bassignani ingresó en el segundo tiempo. Después, el 26 de febrero, igualó 3-3 con Bolívar, ese día también Bassignani ingresó un rato. Los diarios certifican que Bassignani falleció el viernes 27, a las 16.40, en la clínica Virgen de Fátima. El director de la clínica confirmó que el jugador llegó a las 7.30 y falleció de una bronconeumía fulminante. En la noticia publicada por El Diario de La Paz, en uno de sus párrafos explica: ‘La información lograda por nuestros tres redactores hacen saber que Bassignani estuvo postrado en cama el jueves con alta fiebre, no obstante lo cual se levantó con los pies descalzos dirigiéndose al baño donde se duchó con agua fría lo que habría provocado el motivo de su fallecimiento’. Además, tras escribir un rosario de testimonios, que reafirmaban la dificultad de jugar en altura, Barnade escribe: “Una historia olvidada. Y aunque su muerte no estuvo relacionada y no tuvo que ver con el hecho de jugar en la altura, fue un cambio de paradigma para los equipos argentinos”.
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